jueves, 24 de junio de 2010

Andar sin caminar

En el andar sin caminar con rumbo y tino, perdido en el tiempo de los suspiros de antaño, rebuscando la emoción entre las caderas que no le pertenecían, pero que ahora eran suyas mientras con su lengua iba haciendo el recorrido por senderos de placeres prohibidos, placeres encontrados en una noche de tormenta eléctrica que, sin embargo, cubría un  perfecto cielo estrellado iluminando la desvergúenza de dos cuerpos jadeantes, en una playa junto a las tumbonas recogidas, sin saber cómo y cubiertos por la manta, lejos o cerca de miradas indiscretas que no importaban en ese instante en que el deseo fusionaba sus sexos en un ritmo desigual, mordisco -besos- arañazos- palabras excitadas, estaban casados y su traición ocasional incendiaba sus almas y sus conciencias tanto tiempo estiradas en las rutinas del día a día, en los bostezos desesperantes que les recibían, en esas pupilas que querían brillar pero que tiempo ha se habían apagado casi sin cuenta darse, estaban culminando el extasis recíproco largamente contenido por él, tantas veces disfrutado por ella, se abandonaron a sus fluidos emergentes, a su respiración entrecortada, a sus sentimientos de culpabilidad por haber disfrutado tanto sin amarse nada, dieronse un abrazo cálido envuelto en palabras de gratitud,"hacia mucho que no disfrutaba tanto", dijo ella, "eres fabulosa y tus caderas son fantásticas", dijo él, pero el sol clareaba la noche y su pasión clandestina tocaba a su fin, llegaban las mentiras respectivas del día después a sus contratadas parejas con las enrevesadas explicaciones de lo que no tenía explicación, se prometieron, por contra de lo que hacen los amantes, no volverse a ver, dejar lo que ocurrió en la noche como un secreto de la misma, como un recuerdo bello para no olvidar y así siguieron sus vidas en ese andar sin caminar que convirtió su encuentro en algo único. El se llamaba Jesús ella se llamaba Magdalena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo dicho eres la leche, tienes ese punto de convertir cualquier cosa en amarga, pero tambien de atrapar al lector hasta la ultima letra.
Un saluditos fritos
Taliesin

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