Arranca la hoja escrita con viejos poemas que derrocharon pasión y que con el paso ajado del tiempo decolorean sus líneas tintadas en bolígrafo azul por la decepción y la desolación, decepcionado y desolado, decepcionando y desolando, allí por donde sus impulsos movíanse a la extraña interpretación que, de lo que le sucedía, hacía. Ocurrencias disparatadas en un mundo alocado en los que el sosiego y la templanza tornábanse lastres en la aceleración convulsa del acontecer de los hechos.
La sangre que sale y vuelve a un lastimado corazón, un alma que salió y sufrió las inclemencias de los sinsentidos, al final en la gran extensión que supone el universo solo existimos en nuestras cabezas.
Fluye el agua del rio que pasa por debajo del puente romano o es el puente el que está por encima del rio y en silencio observa el recorrido del agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario